Es lógico que este señor, Alan Greenspan, que manejó la Reserva Federal de los EE.UU. (un país frío como una sigla), en pleno auge neoliberal-conservador, usufructuador o, mejor dicho, dueño de la casa que arquitectos dictatoriales de todo el mundo le prepararon para ellos; para sostener una economía que no existe y que depende del saqueo y la opresión para proveerse, venga a hablar mal de Perón.
Aún cuando en muchos se resiste la idea de ver al peronismo como una ficción orientadora, los medios se cansaron de comentar el libro y señalar que este pobre pelotudo, con todo respeto, acusaba al "populismo" de la causa de todos los males en la Argentina y en Latinoamérica, pero te hacen ir a comprar el libro y ninguno señaló, insinuó, deslizó, al menos, que este hombre no detalla en ningún momento aspecto técnico alguno, no describe lo que entiende como populismo, y sólo aparenta decir que el problema del populismo sería algo así como consumir más de lo que se puede, cuando sabemos, que la política que él representa no propone un esfuerzo mancomunado, precisamente. Más bien siempre tienden a equilibrar por el lado de la exclusión y el desplazamiento.
Sólo eso, señalar la intencionada complicidad de estos diarios mediocres, una vez más, como quien escupe un chicle sin sabor.
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