(publicó Ambito hoy y se puede jactar de seguir siendo mucho más mejor contra Clarín que cualquiera)
¿Regalo de despedida o de bienvenida? El gobierno -el actual, el próximo- aprobaría la fusión CableVisión-Multicanal esta misma semana, o sea antes de que Cristina de Kirchner asuma.
Este aval le dará al monopolio «Clarín» el control absoluto de la TV paga.
El trámite está en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia -donde hasta ahora se había demorado-, que está trabajando a velocidadde tren bala: cita a las partes por telegrama para que se presenten al día siguiente. La controla el Ministerio de Economía, pero quien por orden de Kirchner está sobre la operación es el secretario Guillermo Moreno, al que «Clarín» dejó de castigar hace semanas. De bendecirse esta unión putativa, será una clara señal de que la presidente quiere empezar con el pie derecho su relación con el grupo Noble-Magnetto, que desde antes de las elecciones la trata con complacencia.
Resta saber cómo se las ingeniará la comisión para autorizar esta fusión sin obligar a que «Clarín» venda parte de sus activos, tal como se hizo en otras grandes operaciones (Quilmes-Brahma, por caso). ¿Lo forzarán a vender barrios o ciudades enteros? Si así fuera, ¿quién los comprará?: ¿debilitados como Telecentro o TeleRed, cables provinciales que dependen de la merced de «Clarín» para subsistir, testaferros disfrazadosde nuevos empresarios?También los proveedoresde contenidos -inclusive megagrupos como HBO o Sony-tendrán un solo cliente, lo que los dejará sin poder de negociación.
Regalo
Se apunta también a impedir que Telefónica y Carlos Slim entren en el mercado a través de la red de teléfonos. Pero el más afectado será sin dudas el público, a merced de una empresa que les cobrará lo que quiera y les dará los programas que se le antojen, sin peligro de perder clientes contra la competencia.
Un regalo para el monopolio «Clarín» que, a cambio, suministrará alguna garantía temporal. Ilusos los kirchneristas si creen en esta promesa: muchos, antes que ellos -los militares, que les regalaron Papel Prensa; Alfonsín, que les dio radio «Mitre»; Menem, que les cedió «Canal 13»; Duhalde, que les obsequió u$s 75 millones por minoría en una empresa de Internet que no valía ni la décima parte-, escucharon palabras similares de boca de sus operadores. Y terminaron incendiados desde la tapa del diario. Nada bueno para la democracia.
1 comentario:
No olvidar que Duhalde también les dió la ley de protección de industrias culturales, que impidió que parte de las empresas del grupo quedarán en manos de sus acreedores externos. Y todo pasó como una ley "patriótica"... que jugada maestra!!!
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