El peligro, cuando uno se lamenta por la generación de periodistas google, más allá de la complicidad de esta herramienta con el empobrecimiento de las condiciones laborales -el empobrecimiento del oficio-, no se sustenta ni en un miedo ridículo al cambio, ni en un intento nostálgico en defensa de "las cosas como eran antes" o de lo artesanal del oficio, ni siquiera tiene un sentido nacionalista o alguna apelación a la soberanía.
El temor es que la potencia alienante de estas herramientas, aliada al apremio general en que nos mantienen las actuales condiciones de trabajo, afecte la percepción, confunda la relación y demás perjucios que perturbarían el buen juicio de los profesionales.
El desprevenido o el infante que entraba hoy a Google.com.ar y veía el bonito logo en homenaje al Bicentenario de la Patria, podía mover el mouse sin querer y creer para siempre que el 25 de mayo se celebra la independencia. Condenado a levantarse, para ir a la escuela, primero, al trabajo, después, cada 9 de Julio de su vida. Nunca encontrará en las imágenes de google la del paisaje de su deja vu. Todo opaco de frío, y la estela clara, cruzando la oscuridad de los árboles, del vapor de su puteada, al bajar por la calle de vuelta, por la que sube un aire polar.
Y todo culpa de google.
25 mayo 2010
Ya no se puede confiar en nadie
Publicadas por Ulises Dumond a la/s 3:14:00 a.m.
Etiquetas: google, periodismo
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