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Trascendió una mentira mitológica de que Sarmiento no se perdía un día de clases, que los días de lluvia iba colgándose de las ventanas, en fin.
Quizás una estúpida ficción orientadora, que tal vez ni siquiera se la debamos al mismo Domingo Faustino. (Se podría escribir un libro de relaciones entre este Domingo y el personaje de la novela de Chesterton). Pero hay algo que hay que reconocerle y resignificar de esa ficción, que es la tozudez, la pasión de este viejo zorro, la dedicación a la militancia. Bien podría haber ido a la escuela como escribió el Facundo y mucho hippie se cree a su izquierda porque aprendió a repetir "uh, pero, todo bien con los indios, man", "deciles pueblos originarios", nunca falta una estúpida.
Pero, hay que pelarse el culo por la patria que se pretende. Porque a veces, el revisionismo histórico corre el riesgo de perder toda su potencia, como el pseudo periodismo de investigación, en meros ejercicios abúlicos de enumeración de defectos y a tomar mate y fumarse uno y a cuidar el quiosco.
No es que me produzca mucho cariño este viejo, pero muchos lo critican y no se juegan ni las veinte fotocopias que venden por día en el centro de estudiantes.
1 comentario:
Bien, Ulises, bien; llevo años peleándome con mi señora por este pelado. Ella cree que es solidaridad de poco pelo, pero creo que el tipo puso el alma. Se pudo haber equivocado, cómo no.
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