21 octubre 2009

Viveros Pérsico

Seis proyectos de plantas son las que colocaron a Pablo Pérsico tras las rejas.

Creamos por un momento que las plantas eran suyas.


No sólo que aún debía regarlas varios meses, cuidarlas del frío que vuelve de a ratos, moverla en busca de la luz del sol o comprar las lámpara que se venden libremente en cualquier comercio del ramo. Debía cuidarlas de los bichitos y las plagas, tenía que enriquecer la tierra, airearla con piedritas, calcular la humedad para que no se sequen o se ahoguen.




Recién nacidas, puede decirse que sólo son un yuyo. No puede fumarse. Tampoco -señora- puede esnifarse, inyectarse, ponerse en la cocacola de algún descuidado, mantenerla debajo de la lengua, respirarla dentro de una bolsa de nylon, vaporizarla, ni nada.

No sirve tampoco -señora, por si no lo sabe- para sus benéficas, convenientes y múltiples aplicaciones, desde en indutrias como la médica o la textil hasta el consumo personal con fines recreativos o hábitos viciosos si prefiere, pero tan soberanos como los suyos, señora.

Emilio Pérsico no es de su gusto, señora. Yo ya lo sé. Como no lo son la marihuana, los K, las retenciones, los piquetes, la política, los sindicatos, su propio Estado y mil etcéteras más. Capaz que usted hasta llega a creer que los pobres, lo son por vagos y los ricos, por inteligentes. O trabajadores. O porque Dios los ayudó, o porque se arreglan bien.

Porque, sincérese señora, aunque usted suela repetir malos epítetos en referencia a los ricos, se le nota en la cara esa satisfacción cuando ve un rico, ese respeto diferencial y sumiso que indefectiblemente materializa una sociedad de castas que se miente justa e igualitaria. En otro momento, ahora tengo que seguir con Pérsico, le voy a preguntar por qué Maradona es el único rico que no le provoca suelta de orines. Se lo aviso para que vaya pensando en algo que disfrace de argumento su aversión a los negritos bocones. Ojo, ya sé que no es racista, sólo la resienten los "negros de alma". Ni es envidiosa, pero qué injusto es que un futbolista gane millones.
No es su culpa. Porque usted apenas sale para hacer las compras y chusmear un rato con alguna que otra vecina. Y después vuelve a su casa. Seguramente dejó prendido el televisor porque iba y venía, y el chucu-chucu aleccionador le sigue trabajando la cabeza. Mientras saca las cosas de la bolsa, mientras pone agua en la olla, mientras barre el patio y así hasta que se vaya a dormir.
Incluso, gran parte del material chismoso que intercambió con su vecina cuando salió por los mandados, ambas lo sacaron de ese mismo chucu-chucu. Fíjese nada más qué efectividad tiene el chucu-chucu que hasta puede indicarle de qué hablar con Doña Chiquita. Y, por supuesto, también le susurró varias de las cosas que puso en la bolsa en el almacén.

No vaya a creer que es una cosa que le pasa sólo a usted, o a los de su condición económica, o su mismo género o generación. No. Purretes de lo más hábiles con las computadoras, la Internet y el resto de los medios... nenitos de papá y jóvenes clase media que logran acceder a la mayoría de las herramientas del mundo virtual, pasan por lo mismo. También son inocentes. O tanto como usted. Diarios -en papel o en pantalla-, programas de TV de exitosísima audiencia, cancheras emisiones radiales, instituciones educativas y comunidades virtuales, por caso, hacen lo mismo con ellos.
El chucu-chucu será muy hábil y efectivo, pero, sólo si usted contribuye. Este chucu-chucu diabólico vino a establecer los límites de la realidad, y la editorialización múltiple y constante, a ocupar y empeorar el lugar del ya estúpido "sentido común".


Por ejemplo, si usted sonrió cuando Carlos Reutemann mandó a alguien a meterse una candidatura "en el medio del culo" y le causó gracia el "exabrupto" de De Narváez, asegurando la versión de que la gente por la calle le agradecía haberle "roto el culo a los pingüinos", ¿no se preguntó por qué no le provocó la misma comicidad la "grosería" de Diego Maradona?


¿No se dio cuenta de que su artero argumento de sentirse representada por Maradona (¿?), el que cree que la habilita a defenestrarlo, se aplica con mucha mayor lógica en el caso de un senador o un diputado?

Los medios, y usted que ya los consumió indefensa por mucho tiempo, tienen algnas certezas, las instalaron como un riel y por allí hacen andar al tren de su conveniencia. Negocios, ideología, operaciones políticas, etc. articulan con los contenidos, la ética y la responsabilidad social. Así, el aparato mediático, privado y representante del sector empresarial, regentea los elementos básicos fundamentales del orden democrático a través de los cuales distribuye sus certezas.

¿Es una exageración afirmar que para los medios los negros son al menos peligrosos, vagos, si no chorros o violadores? ¿Cómo cree que sucede que un movimiento como el piquetero, tan elogiado por intelectuales de todo el mundo por su creatividad y reflexión política -ese mundo ante el que no quiere que Maradona la haga quedar mal-, a usted le parecen unos negros vagos y prepotentes?

Emilio Pérsico accedió al Gobierno por su larga militancia política y social. Es una persona muy capaz y fue uno de los que se puso al frente de uno de los movimientos sociales -piqueteros-, que, con la debacle económica del neoliberalismo argentino (Menem-De la Rúa), crecían con la velocidad de la luz. A medida que sendas administraciones políticas dejaban sin trabajo, sin dinero, sin seguridad y sin contención a la mitad de la población. En su gran mayoría, negros.

Sin seguridad, sin acceso al mercado de empleo, al de salud, con los consumos vedados, con sus hijos a la deriva y con la ausencia y/o traición estatal, las posibilidades eran dos: O hacerse piquetero, organizarse, iniciar un proceso largo, duro y difiilísimo, salir del anonimato y la inexistencia al que los condenaron, cortar las vías de tránsito por las que circula la mitad de la población que ha quedado del otro lado, dentro del sistema productivo, como un enemigo involuntario y obligatorio, nacido de la ruptura del contrato social. La Contitución ordena que los gobiernos deben garantizar el trabajo, la salud y la educación de todos los ciudadanos. Pero yo no creo, señora, que a usted no le importe la suerte de los desplazados. Ni creo que sepa que también son su responsabilidad, pero no la culpo, el chucu-chucu no habla de ello, habla de que te matan por veinte pesos. Y no la culpo porque no culpo tampoco a los que salen a robar y la matan.


Cortar la calle para impedir que, por un rato, una cantidad de trabajadores contribuya con su parte en el mantenimiento del sistema que a ellos los deshechó, es la medida menos violenta. Y aparte, le da una posibilidad para que justifique sus llegadas tardes. La otra posibilidad, es salir a robar y, en lugar de vengarse del sistema entorpeciendo su producción, producir la venganza, más arriesgada y directa, contra los cómplices, en definitiva.

Se ve que algunos no consumieron, porque tuvieron otra realidad cultural o porque no pudieron, lo mismo que otros. Mientras culquier empleaducho judicial, sea porteño o provinciano, piensa en el bar, en el celular, en la notbuc, en que los negros no le roben, o en Tinelli; Pablo Pérsico, extraña e injustamente detenido en la comisaría 3ra. de El Dique, una unidad temática para personas con causas por drogas, es tratado como un narcotraficante por el traslado de unos yuyos.


En lugar de llorar o buscar la manera de zafar en los primeros días, habló con uno y con otro, se enteró de la realidad del lugar y, centrado, con experiencia política y, sobre todo, con las responsabilidades que muchos creen que nunca existieron, aprovechó una salida al médico para reclamar "elementos de higiene y comida" para él y los otros cerca de 20 detenidos.


Pérsico padre presentó su renuncia al cargo de subsecretario de Comercialización de la Economía Social en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y la ministra Alicia Kirchner se la aceptó como si se la hubiese pedido. Debe haber sido así nomás, porque sino sería un importante error político por parte de un militante experimentado como Pérsico, entregar así un puesto tan útil al movimiento popular. En el país en el que Julio Cobos sigue muy cómodo en su sillón de vicepresidente de un gobierno al que traicionó junto a su pueblo. Señora, ¿a ud. no le parece mal que un luchador deba abandonar el gobierno y que un mercenario no?


O sea, Cobos utiliza su puesto de vicepresidente para beneficio propio, consolidando su propia carrera, sus propios negocios, sus relaciones con grupos económicos, de poder, mediáticos... pero todos caen sobre Pérsico porque el hecho, traslado, detención y secuestro de las plantas, se realizó cuando Pablo conducía una camioneta asignada a su padre por el Ministerio. (Guarda que las arcas estatales tiemblan si le usan un móvil para otra cosa que no sea ¿qué?)

Emilio ya explicó que su barrio es peligroso y prefirieron que la camioneta pasara la noche en lo de su madre, donde se había quedado el nieto Pablo. Cobos no hubiese tenido ese problema porque vive en barrio exclusivo y tiene garage. Gerardo Morales tampoco.

No es delito la tenencia y el consumo de maihuana. Sí está penado el narcotráfico. Sólo por eso, es una locura que ese pibe de 19 años (¿o cumplió en la cárcel los 20? no me acuerdo) esté preso. Por unas plantitas. De Comodoro Py supieron desaparecer considerables cantidades de cocaína de varios procedimientos y eso no trascendió ni trascendió el caso de que groseras evidencias del camino tomado por la sustancia aparecieron en los anteojos que colgaban a la altura del pecho del mismo titular de la dependencia judicial.


El juez federal Guillermo Atencio analiza en detalle el expediente de la causa para determinar si el pibe debe quedar detenido en la comisaría 4ta de La Plata e ir a juicio por el delito de “transportar droga para su comercialización”. Todos sabemos porque todos fumamos, que el que planta, planta para dejar de consumir lo que se conoce como faso paraguayo, que produce, vaya a saber quién y cómo, y se comercializa con, vaya a saber también, qué apoyo político, judicial y policial. Lo que sí se puede saber es que ese poder es muy grande y ello permite deducir que varios estamentos estatales y privados colaboran.


No creo que la Justicia sea todo la misma mierda. La misma Justicia que supo ser cómplice de asesinos logró ser también la única que los juzgó. Y si bien suelo repetir la muletilla de que 'todos los abogados son la misma mierda', confieso que así como conocí abogados, jueces y fiscales corruptos, transeros, gorilas hijos de puta, etc., también conoci algunos que están entre las mejores personas. Los más honestos compañeros y progresistas. Entre éstos últimos, uno conocido puede ser Pablo Llonto, abogado y periodista, alguna vez también despedido del diario Clarín.

No es el caso de Atencio. Y no parece un procedimiento normal el que le hicieron a Pablo. Si se trata de una operación política quizás nunca lo sepamos. Ni nos enteremos de quien la ordenó. Sabemos que Atencio imparte justicia y decide sobre nuestros destinos, a partir de su propia concepción de mundo, sus intereses, sus relaciones y sus presiones. (A esos niveles no se puede hablar de necesidades). Concepción que, de algún modo, hizo más evidente la tergiversación de las que son capaces las interpretaciones de Atencio cuando de piqueteros se trata.


La suerte ideológica y cultural que le vino en gracia, así como ahora le permite considerar que la tenencia de unas plantitas es narcotráfico, en otro momento, y aún cuando el personal del Ministerio de Desarrollo de la provincia de Buenos Aires negó haber sido tomado por la fuerza, de rehén por el grupo que supo reclamar atacando el edificio ministerial, este mismo magistrado se las arregló para encontrar pruebas que contradiciendo la versión de las mismas presuntas víctimas, intenta procesar a los integrantes del M29 por Privación Ilegítima de la Libertad.


Esta historia está llena de chistes, señora. Las plantas que combaten el narcotráfico, acusadas de narcotraficantes. El funcionario perjudcado por esta manipulación, afuera del Gobierno, y el funcionario judicial, con evidentes capacidades diferentes, sigue dentro del Poder Judicial. Atencio priva de su libertad a Pablo, y todos mis amigos, hijos de altos funcionarios judiciales, tinen sus plantas en casa sin problemas.


No crea, señora, que ignoro que usted no me va a leer. Porque se que, además de no tener la más puta idea de cómo tocar una computadora y de que a este blog descuidado ya no entra casi nadie, la uso a usted como recurso para decirles a todos esos jóvenes locos que se creen modernos y piolas, que no son más que unas pobres viejas quejumbrosas e ignorantes, y que no tendrán la culpa, pero no por ello dejan de ser unos pobres pelotudos.


Finalmente, la habilidad para escribir mensajes de texto no produjo ciudadanos mejores. Al menos contribuyó a organizar la primera participación política de algunos boludos con las cacerolas. Iguales de fachos e irgnorantes que usted, señora, pero con la buena noticia de que esos pavos de clase acomodada dejaron de pensarse sólo como consumidores de un mercado, y, pelotudos o no, manipulados o no, por un ratito, fueron sujetos políticos de una república.


Sólo la participación política puede lograr una reflexión de cuyo saber pueda extraerse la manera de progresar. Es una vergüenza que hoy el poder lo tenga el chucu-chucu y los compañeros seamos unos simples consumidores parlanchines. Si va a criticar, compañera señora, se tiene que interiorizar. Y ahí los caga porque se va a dar cuenta de todo enseguida.

La reunión ciudadana, la participación social, el intercambio de información, la producción de saberes, en fin, la práctica política, es lo único que nos garantiza el encuentro, el entendimiento y la superación de las tensiones. Es como andar en bicicleta, en un momento uno no sabe y al otro momento está andando. Capaz en un momento, los que son negros de mierda, vagos, chorros y no sé qué más, puean pasar al otro momento a ser compañeros o amigos, premeditada e injustamente perjudicados. Capaz que el que le parecía el lado bueno, al poco de pedalear, entiende que no era y ya canchera se pone del lado pueblo, y no de su opresor.


Libertad a Pablo Pérsico y su correspondiente desagravio. Juicio y castigo a los cómplices civiles de la dictadura. Desde el Poder Judicial hasta el periodismo.

Las empresas periodísticas evidenciaron en estos dos últimos años el cerrado acuerdo editorial e ideológico de sus contenidos periodísticos. Siempre habían mantenido un acuerdo de no agresión en el que incluían hasta el silenciamiento de los despidos ocurridos en otros medios. (Único acuerdo que cumplió Clarín, que cuando se colocó en posición dominante arrazó o intentó arrazar con toda la competencia). El Poder Judicial apela a sus hijos o los hijos de amigos ideológicamente compatible, para reproducirse culturalmente, perpetuando concepciones y prejuicios. Clarín no necesita eso, prohibe la organización gremial de sus trabajadores y les realiza visitas domiciliarias antes de contratarlos. (Si ello no es vigilancia ideológica no sé qué es). Pero como todos pasamos por situación de opresión o de abuso alguna o varias veces en nuestros trabajos, no nos parece extraño, y no nos ponemos a pensar en la cuestión, ni a evaluar cuánta responsabilidad tuvo el chucu-chucu en los modos de desempeñarse del resto de los empresarios o gerentes o ceos. Cuánto del chucu-chucu, que ayudó a Menem a llegar al poder y a perpetuarse por diez años, y tantos más sus daños, influyó en las relaciones laborales de todos nosotros. Es necesario terminar con el tipo de orden oligárquico que se mantiene en la mayoría de los ámbitos. O, por lo menos, que cambie su lógica.












Mi solidaridad con la familia Pérsico. Y a no aflojar, no podemos permitir que nos siga ganando esa especie de oligarquía ideológica que ampara este tipo de operaciones. Y que es capaz de hacer un vivero de seis plantas en la cabeza de la señora a fuerza de chucu-chucu.