22 marzo 2010

MM & MM





Minutouno.com publicó, una semana después, o casi dos, la nota que Matías "revelación" Martin le hizo a Mauricio "farabute" Macri, en la que el primero demostró que puede ser un muy buen periodista y, el segundo, que no va a dejar de ser un garca pelotudo.

Cosas raras. Entre las extrañas características que distinguieron este trabajo periodístico, pueden contarse:


1. La repregunta. Matías Martin no sólo utilizó esa herramienta con una gran habilidad sino que lo hizo en una entrevista con el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, que hasta aquí era el empresario/millonario/político/funcionario más afortunado en estas lides. (Indefinida e independientemente de que ello se hubiera debido a la realidad impotente que atraviesa actualmente el periodismo, a la monopolización ideológica de medios e instancias de poder, o a una dedicada inversión con la que el excelente gerenciador hijo de Franco pudiera haber comprado cuestionarios más favorables).

2. Lucidez. Sea que justo ese día no fumó o que justo lo hizo un minuto antes, Matías debería seguir haciendo lo que hizo, porque logró, en escena, hacer gala de una lucidez y una rapidez, prácticamente desconocida, no sólo en la trayectoria del periodista, también me refiero a los últimos 10 (diez) años del oficio. Con CQC y, arriesgo de nuevo, los nteros actuales de Duro de Domar. ¿Qué pasa con la lucidez en el periodismo? (Me animo a pensar que Macri le dio la nota sin comprarla porque prejuzgó que el joven, clase-media alta, fumón, buen jugador de fútbol, de hábitos nocturnos y escenarios gateriles, no podía traerle problemas. Y arriesgo que Matías le adivinó la jugada, y esto también es cosa de la lucidez.)

3. Taxista no tan facho. Otra rareza la constituyó la aparición casual de uno de los 10 taxistas no macristas de la Ciudad. "Volvé a Boca, acá no la pegás, hermano", le salió decir al conductor profesional, ya afuera de su auto. Antes, cuando estaba sentado, agitaba furioso el pulgar hacia abajo, pegado al parabrisa.

4. Cipayos nuestros de cada día. La entrevista arrancó, a decir de minutouno, en uno de esos micros "de doble piso sin techo que suelen dar vueltas por el centro porteño, y nos recuerdan que en definitiva también somos parte del primer mundo". Olvidó decir la nota que esos micros son para turistas, y no para los del Perú justamente. Volviendo. Macri no necesitó, como Aníbal Ibarra, que le mandaran gente a felicitarlo. No pierde tiempo en boludeces. Se ahorró el proselitismo antiguo y arregló con el chofer del micro para instalar la necesidad de la también privatizada poda del arbolado público. Y así puedan, esos micros tan paquetes, dar vueltas por el centro porteño, y nos recuerden que en definitiva también somos parte del primer mundo".

5. Agenda. Continuaron en el despacho de Macri y dio la impresión de que Martin le tironeó la agenda con virtuosismo periodístico. Uno nunca sabe quién salió beneficiado, pero se supo que en la agenda oficial del jefe de Gobierno de la última semana había 3 (tres) reuniones con Fernando Niembro. Es sólo un detalle, pero la semana siguiente, Niembro comentó partido de la copa Libertadores y sólo se dedicó a hablar mal de Román y a escandalizarse, junto con la nena Closs, por el tatuaje que asomaba por el brazo del árbitro brasileño. La semana en que Macri rompe con el colorado del tatuaje, a éstos dos les agarran los recatos.

6.Periodismo. ¿Minutouno se enteró dos semanas después del asunto? Algún mal pensado dirá que hubo negociaciones que demoraron la nota. Y que no resultaron. Y eso también es parte del estado del periodismo actual. Lo más raro, igual, fue haber visto buen periodismo. Da gusto llevarse alguna vez una buena sorpresa. Lo único, que por más que se aplique, uno no siempre sabe bien del otro, ¡¿De Qué Lado estás?!

Nos pusimos clásicos



Damas Gratis.



Arqueros sin manos.



Adrián Stoppelman y Ale Sanz