23 octubre 2008

Sin Triaca Triaca, no hay bang bang


Antes pensaba que era una pelotudez esa frase de proliferación popular que asegura que "todos los muertos son buenos".
Incluso cuando se la usa en tono irónico, recriminando a quien efectúa el movimiento tan natural y saludable de olvidar lo malo con el paso del tiempo.
Ahora le encontré una nueva gracia -también pava, seguramente- a la trampa que encierra la frase y que me obliga a coincidir en que Todos los muertos son buenos, la mayoría porque deja una cantidad de recuerdos buenos en un puñado de conocidos, y algunos otros porque dejan el recuerdo bueno del hecho de que se hayan muerto.
En el idioma autóctono que eligió alguien para denotar una suerte de simbolismo re
onomatopeyizado y así pretender llegar a las masas con un contundente mensaje de concientización y salubridad,
vaya nuestro mensaje, en el mes del 17,
a los representantes
que entregan a sus trabajadores
como carne de cañón
a que les den bang bang
que en criollo sería algo así como
que les entren como a un fontina.



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