09 julio 2009

Clientelismo

Llaman clientelismo a la obediencia producida a partir de un intercambio de favores entre ciudadanos, o un grupo de ellos, y alguno de los grupos que se disputan el poder político. Ello, hasta incluiría el presunto condicionamiento del sufragio de ese grupo y su manipulación.



Se cree algo indigno, sobre todo por la característica que se le atribuyen a este mecanismo, cuya característica principal consiste en que el poder político se aprovecharía de las necesidades de la mayoría de pobres e indigentes, apropiándose de sus voluntades.



El pobre, en este país, es desplazado de los medios de producción y también, por supuesto, del acceso al consumo. Desterrado de los lugares y las instancias de poder, es -y fué históricamente- perjudicado por quienes diseñaron y diseñan la organización política y económica, a la vez que es abandonado por la seguridad social estatal y privada, igualmente organizada por los mismos diseñadores.



Cuando se habla de 'seguridad' en referencia a robos, secuestros y asesinatos, sólo se usa correctamente el término si se entiende que el ladrón debe su condición al poder político (entendido como todo el abanico de influencias y no sólo partidos políticos o gobernantes).



Al poder político lo ocupan poderosas organizaciones, nacionales e internacionales, representantes de los poderosos grupos señalados, de diferentes instituciones influyentes, privilegiadas en sus accesos al conocimiento y a la educación, y al resto de las diferentes herramientas que permiten el desarrollo, el dominio y el control.



Lo que los medios de comunicación llaman 'inseguridad' es el costo que el sistema paga por su transformación, pasando de ser de injusta organización a ser exclusiva. Una vez que se aseguró la obtención del poder real, el acceso a bienes, herramientas, instancias de decisión y de control, se autotorga el poder de excluir a quienes dejó a la deriva y privó de todos los demás accesos.

Pero no pudo dejarlos fuera del programa promocional e incentivador de consumo, porque este se organizó por intermedio de los mismo medios de comunicación orientadores y manipuladores, a las vez que es uno de los componentes de fuerte influencia y decisión política y representante de los intereses del sector privilegiado.



Se atribuye a las clases perjudicadas -clases bajas- por su poco, deficiente o inexistente acceso a la educación, y escasos medios de subsistencia y realización personal, una mayor permeabilidad para acceder a vender su voluntad, puesto que se reconoce que cualquier ayuda es cosa de vida o muerte para ellos.



Pero ello no es más efectivo que la permeabilidad que tiene cada individuo a la confusión o manipulación, cuando no tiene o no tuvo acceso a la educación que le permita al menos el correcto procesamiento de la información. Los grupos de poder enquistados en la mayoría de los medios de comunicación imponen como realidad el diseño de un relato que no representa más que una verdad parcial, cuando no intencionadamente tendenciosa. Como cualquier hippie sabe, la historia la escriben los que ganan, en pasado o en presente.



Los medios, además, se encuentran acaparando el campo de los contenidos, entretenimiento y espectáculos, a través de los cuales mantiene su influencia normativa también durante los momentos de ocio.



Del mismo modo que reclaman por el clientelismo ocultando el propio, como el tero, cacareando en otro lado para que no le descubran su huevo, reclaman democracia cuando les regulan sus negocios espúreos o reclaman más diálogo cuando los conminan a compartir, con sueldos o impuestos, su injerencia en los bienes nacionales.



Si es verdad que las clases perjudicadas por todos nosotros (por complicidad activa o pasiva) pueden pensar recién cuando comen (bienes materiales), también es verdad que pueden pensar cuando tienen su descanso y su momento de ocio. Producen el pensamiento que sus medios le permiten.



El manejo de los medios de una sociedad exclusiva (excluyente) por parte de quienes deciden y promueven esa exclusión produce el mismo efecto que nombrar a Señor Zorro como encargado del gallinero. Con los medios totalmente dominados, el Poder descubre que puede ejercer el clientelismo sin gastar un sólo peso, como lo hace el Estado con los subsidios, los aumentos de las jubilaciones, o la inversión en salud y educación, por ejemplo.



Quizás sea cierto que cuando el Estado administra beneficios en favor de los más necesitados, soluciona el problema en la superficie. Pero así como privados poderosos y sus intelectuales expulsaron del ámbito de relación social a una vasta porción de individuos así también necesitan que la situación se mantenga intacta. Independientemente de las razones con que justifiquen la decisión, o el interés que defiendan con ello, la evidencia, o lo que se puede saber, es que las cosas son concretamente así y el exagerado esmero está puesto en que sigan siendo así.



La manipulación abarca desde contenidos escolares hasta contenidos mediáticos. Desgaste o fortalecimiento de la imagen de tal o cual persona, idea, político, producto, hábito, etcétera. Incluye mano de obra barata, como trabajadores sin organización política, changarines hambrientos, sujetos del sistema penitenciario, o deudores varios, en general, sujetos pertenecientes al grupo de necesitados y desesperados a partir del desplazamiento mencionado.

Así, la idea de la necesidad orientar fondos a instalar cámaras de videos es creada por un sicario o un violador profesional que siempre es noticia y nunca apresado vivo. Medios+delincuentes+policía=negocio.



Según la Real Academia, un cliente es una persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa. Estamos en condiciones, entonces, de afirmar que se produce un nivel más espúrio y reprovachable de clientelismo cuando el poder ejerce la manipulación a través de sus voceros, los medios, que cuando lo hacen los políticos a través de ayudas económicas y alimentarias. Y la 'inseguridad' es más responsabilidad de los medios que la utilizan y la aprovechan, que del inepto poder político.

Lo digo. ya todos sabemos esto, pero es habitual perderlo de vista por obvio. Lo digo nada más.

2 comentarios:

El Doc 9 dijo...

Ulises, hace más de 30 años atrás, a un diario como Clarín, se le ponía una bomba, una molotov para asustar un poco. Aun tipo como Tineli se lo asesinaba por estupidizar a un pueblo; a un dirigente como Moyano se lo acribillaba a tiros por traidor a la causa obrera; ni hablar de Macri o De Narvaez, tipos al servicio de corporaciones. El propio Néstor K hubiese sido boleta por equivocarce sin sentido, de soberbio, en el lío que nos metió. La violencia no ha servido, es verdad. Pero que bonrca da a veces, cuando el secreto de un pueblo, es la educación, por ende la salud= trabajo. Abrazo Ulises, ya veremos otro país.

Anónimo dijo...

Ah! sigo sintiendo este espacio como un viento de aire puro.
Se puebla un poco tanta soledad.
Mónica