25 mayo 2010

Ya no se puede confiar en nadie



El peligro, cuando uno se lamenta por la generación de periodistas google, más allá de la complicidad de esta herramienta con el empobrecimiento de las condiciones laborales -el empobrecimiento del oficio-, no se sustenta ni en un miedo ridículo al cambio, ni en un intento nostálgico en defensa de "las cosas como eran antes" o de lo artesanal del oficio, ni siquiera tiene un sentido nacionalista o alguna apelación a la soberanía.

El temor es que la potencia alienante de estas herramientas, aliada al apremio general en que nos mantienen las actuales condiciones de trabajo, afecte la percepción, confunda la relación y demás perjucios que perturbarían el buen juicio de los profesionales.

El desprevenido o el infante que entraba hoy a Google.com.ar y veía el bonito logo en homenaje al Bicentenario de la Patria, podía mover el mouse sin querer y creer para siempre que el 25 de mayo se celebra la independencia. Condenado a levantarse, para ir a la escuela, primero, al trabajo, después, cada 9 de Julio de su vida. Nunca encontrará en las imágenes de google la del paisaje de su deja vu. Todo opaco de frío, y la estela clara, cruzando la oscuridad de los árboles, del vapor de su puteada, al bajar por la calle de vuelta, por la que sube un aire polar.

Y todo culpa de google.

No hay comentarios.: