03 julio 2007

Artista exclusivo

Che, para desmentir que a Ambito le da náuseas juntarse con trabajadores y para tranquilizar a los que se tiraban de los
pelos de la nuca porque no sabían nada del Pala, perdón, del Pata Medina, acá, la siguiente, extensa, pero llevadera nota a un líder sindical como Dios manda.
En toda la nota no dice dónde está el Pata, pero se encarga de remarcar que es mucho peor ser de los '70 que de los '90.

En diálogo con Ambito Financiero
¿Dónde está el "Pata" Medina?

El dirigente sindical que enfrentó a Hugo Moyano y hoy lo denuncia como traidor a los trabajadores saltó a la notoriedad en un episodio grave y con refriegas cuando se trasladaron los restos de Juan Perón a San Vicente.

El gremialista «Pata» Medina reconoció que un representante de los trabajadores puede negociar una baja salarial si eso implica mantener puestos de trabajo.
Periodista: ¿Usted está alineado en algún sector político?
Juan Pablo «Pata» Medina: No, en este momento no estoy alineado políticamente con nadie. Yo hago trabajo sindical y esfuerzos por el tema social.
P.: ¿Pero es peronista?
J.P.M.: Sí, soy peronista, peronista de base, me considero que soy un peronista natural. Pero sólo trabajo en la UOCRA seccional La Plata.
P.: Usted, más que objetar a su gremio (Gerardo Martínez), ¿parece criticar sólo a Hugo Moyano?
J.P.M.: Es que en la CGT hay problemas graves, usted debe haber leído en su diario que muchos dirigentes de la CGT están en la mira de la Justicia, los investigan para saber dónde fueron a parar 250 o 260 millones de dólares. Y, lamentablemente nuestra candidata, la mujer del Presidente, se dio el lujo de viajar con algunos de esos dirigentes a Suiza, a la reunión de la OIT.
P.: ¿En ese viaje también estaba Gerardo Martínez, su jefe nacional de la UOCRA?
J.P.M.: Y, bueno, pero también viajó con otros que están sospechados por un tema del que nadie habla. Igual hay otro montón que se quedó en la Argentina.
P.: Igual, me comentaron, Martínez se quedó anclado en Madrid? ¿Lo sabe?...
J.P.M.: Sí, se quedó, tengo entendido eso.
P.: Usted parece crítico del gobierno, pero usted le dio un pergamino a Kirchner, habla de la candidata heredera. ¿Es o no es kirchnerista?
J.P.M.: Con el gobierno comparto algunas cuestiones y otras no. No comparto la soberbia que tienen algunos funcionarios que rodean al Presidente y tampoco cuando se habla de que hay otros candidatos que están volviendo al pasado, que están en la década del 90, cuando en todo el gobierno -como en el Congreso de la Nación- hay gente del pasado y hay gente de la década del 90. Inclusive, le diría, hasta de la década del 70. Los que peinamos canas no podemos creer lo que vemos. No comparto cuando no se dicen las verdades, no comparto cuando a través de los medios los gobiernos nacional y provincial se están peleando por ver quién se hace cargo de la seguridad de los restos del general Perón. Es una vergüenza no nacional sino una vergüenza internacional. ¿No le parece? Me siento muy dolido por ver este desprecio al general Perón, por lo que fue Perón para nosotros, él no fue un padre biológico sino un padre adoptivo de los trabajadores. Esas son algunas de las cosas que no comparto con el gobierno. Le digo que nosotros queremos proponerle tanto al gobierno nacional como al provincial que los trabajadores de UOCRA (seccional La Plata) nos haríamos cargo gratis de la seguridad de la quinta de San Vicente para que no se sigan peleando entre ellos. Nosotros no olvidamos y tenemos sentimientos.
Planificado
P.: ¿Justo usted habla, que participó en los episodios de la quinta cuando trasladaron los restos?
J.P.M.: Sí, porque a nosotros nos obligaron a participar de la violencia. Nunca buscamos la violencia, al contrario. Pero hay que decirle la verdad al pueblo, a los trabajadores: eso estaba totalmente planificado para que ocurriera, porque el presidente de la Nación no tenía pensado concurrir a la quinta de San Vicente. Entonces, mandaron gente al choque, pobres contra pobres, para justificar ante la sociedad que el Presidente no podía concurrir por los episodios de violencia.
P.: ¿Sabe que me parece una imputación con escaso sustento?
J.P.M.: Digo que tal vez estuvo planificado porque son muchos de los que están hoy en el gobierno que nunca le perdonaron a Perón que los echara de Plaza de Mayo.
P.: Ustedes, en la zona de La Plata, tienen muchos exponentes de aquel episodio...
J.P.M.: Y, sí, lamentablementehay muchos. Creo que a Moyano le dijeron «andá y enfrentá a los trabajadores de La Plata» y así generaron un hecho violento para justificar la ausencia del Presidente. Estoy seguro que ocurrió eso.
P.: Así planteado, parece que Moyano fuera un idiota útil del gobierno y, en realidad, todo el mundo considera que es más vivo que los vivos.
J.P.M.: Yo creo que más que ser un idiota útil del gobierno es un traidor a los trabajadores. Pienso que un dirigente que se decía democrático no puede seguir al frente de una CGT cuando no puede reunir una mayoría. Todos sabemos que la CGT se compone con 33 gremios y, para ser mayoría, tiene que reunir por lo menos 17 sindicatos. Desde octubre a la fecha nunca pudo reunir mayoría: eso quiero decir que Moyano no tendría que estar ni un segundo más en la CGT. Está para complacer al gobierno y evitar comunicados precisos para defender a los trabajadores. Hay que llamar un proceso electoral en la CGT , se tiene que llamar a un congreso. Si usted se pone a pensar, la CGT dijo que había que firmar por 16,5%, y nadie les hizo caso. A los dirigentes, las distintas ramas los están pasando por arriba. Ese 16,5% nunca fue real. Y si no lo acatan es porque Moyano no conduce.
P.: ¿Pero tampoco Moyano firmó por 16,5%?
J.P.M.: No, claro, Moyano hizo esa jugada para el gobierno, mientras él consigue buenos recursos para su gremio. Pero se olvida del resto de los trabajadores del país, se olvida de lo que está pasando en el norte, se olvida de lo que está pasando en Jujuy, en Salta, en Tucumán, en Santiago del Estero, que muchas veces los trabajadores trabajan en negro y lo hacen por 10 o 8 pesos por día. Eso hay que verlo, hay que salir un poquito de la Capital Federal.
P.: ¿Casi denuncia un pacto espurio entre el gobierno y Moyano?
J.P.M.: Mire, la verdad es que no hay ningún amparo social ni político y mucho menos gremial para muchos trabajadores del interior y, de eso, la CGT no se ocupa. Quiero luchar por una CGT democrática, que se vote como lo hicieron los porteños, como lo hará el país. Tenemos que tener esa oportunidad a través del voto secreto y directo. No puede ser que en la CGT los dirigentes se pongan o se saquen a dedo.
P.: Pero ¿usted no participó con su gremio cuando lo votaron a Moyano?
J.P.M.: A Moyano lo pusieron a dedo, yo participé en ese congreso, y me dio asco estar ahí. Decían, frente al periodismo, que las urnas estaban a la derecha (mujeres) y a la izquierda ( hombres) y, en verdad no existía ninguna urna. Después, para continuar la burla, dijeron cuántos votos sacaron algunos, así asumió Moyano.
P.: Así funcionan muchos gremios.
J.P.M.: Así funciona la CGT, y muchos gremios amparados en los estatutos que muchas veces son lista única. Yo jamás fui en una lista única, hasta como delegado de fábrica siempre tuve opositores. Con ese sistema muchos se mantienen, el estatuto no deja llegar a nadie que se pretenda opositor. Aun así, se hace un proceso electoral, en la CGT no hay ninguno. Todavía seguimos teniendo no sé si un millón quinientos o un millón seiscientos mil planes Trabajar a nivel nacional y yo, como dirigente gremial, jamás aceptaría un plan Trabajar.
P.: ¿Por qué?
J.P.M.: Porque se deja un precedente en contra de los trabajadores, el precedente de que se puede vivir en la Argentina por ciento cincuenta pesos por mes.
P.: En alguna medida, el seguro de desempleo es algo parecido. Diría que tanto los planes como el seguro no están de acuerdo con el pensamiento peronista...
J.P.M.: Las dos cosas son antisocialesmás que antiperonistas.El plan Trabajar no tiene ningún tipo de aporte, ni jubilatorio ni social entonces, es un dinero en negro que se le da para calmar cualquier estallido social. Así se paraliza a la gente, y la CGT es cómplice de eso. La gente quiere trabajar, no planes. Nosotros no nos escondemos, les decimos a los compañeros: vos perteneciste a la UOCRA, yo te tengo que dar una mano. No miro para el costado. Eso no lo hacen otros gremios, y miren que tienen un montón de desocupados.
P.: ¿Todo es culpa de Moyano?
J.P.M.: Mire, la denuncia que yo hice no fue sólo contra Moyano. En la Justicia federal también denuncié a todos los dirigentes que componen la CGT. Pedí que se investigue a dónde fueron a parar los supuestos fondos destinados a la obras sociales, que, desde que el gobierno asumió hasta la fecha, si mal no recuerdo, les otorgó unos 860 millones de pesos. Todavía no sé cuál fue el destino de esos fondos, tampoco el faltante de 250 millones de dólares.
P.: ¿O sea que usted no puede pasar ni por la puerta de la CGT?
J.P.M.: Yo como trabajador sí puedo pasar por la puerta, lo que creo es que no quieren dejar que entre.
P.: Igual, ahora, está siempre vacía la CGT.
J.P.M.: Sí, dicen que es un desierto. Pero yo fui una vez para demostrarles a los trabajadores que no hay que temerles a las patotas. Esa fue la razón de mi decisión.
P.: Sí, fue después de las refriegas en San Vicente, pero también es cierto que -digamos- ¿usted también tiene su propio aparato?
J.P.M.: No, yo diría que nosotros no tenemos aparatos. Lo que tengo, gracias a Dios y a la Virgen, es un poder de convocatoria natural. Puedo movilizar 3 o 5 mil personas en 24 o 48 horas sin necesidad de un poder económico. No me hace falta. Mientras, los que dicen representar al movimiento obrero lo único que tienen es el poder económico y carecen de poder de convocatoria. Plata que usan política y gremialmente, dinero que si es ajeno mejor.
Salarios altos
P.: Uno sabe que el éxito de Moyano, por lo menos en su gremio, es por los salarios que consiguió para sus adheridos. ¿Con ustedes ocurre lo mismo?
J.P.M.: Yo tengo una llegada natural, pero también le digo que conseguí los salarios más altos del país dentro de la UOCRA.
P.: ¿Más, por ejemplo, que en Santa Cruz?
J.P.M.: Sí, más que en Santa Cruz.
P.: ¿Pero no es que usted se hizo conocido por haber aceptado una reducción del salario?
J.P.M.: Eso, aparte. Nosotros aceptamos bajar el salario, por asambleas multitudinarias, para los planes de vivienda en determinados lugares de la provincia. A los empresarios no les alcanzaba lo que les entregaba el gobierno y, nosotros, porque queríamos trabajo -sobre todo en ciertos lugares- aceptamos una disminución. Así se hicieron las obras y, determinados barrios donde antes no se podía entrar, ahora están limpios y usted puede caminar más tranquilo que en el centro porteño. Usted ve muchos edificios, pero, en promedio, hacer un edificio implica rotaciones de 16 personas, nada más. Lo que genera fuentes de trabajo verdaderas son los planes de vivienda, cada una multiplica por cuatro. Y los buenos ingresos en nuestro sector son por las tareas diferenciadas que realizan en plantas como las de Repsol.
P.: ¿Su indignación con Moyano es consecuencia del episodio de San Vicente o arrastra otras historias?
J.P.M.:Yo siempre tuve diferencias con muchos dirigentes a nivel nacional, no sólo con Moyano. Ahora, con él, vengo discutiendo desde hace más de tres años. Un día, en la CGT regional La Plata, él empezó a insultar a los que estuvieron en la década del 90. Y yo, entonces, pedí la palabra: le dije «vos fuiste uno de la década del 90». ¿O acaso Menem iba a ser tres veces presidente sin el apoyo del gremialismo? Nunca se le hizo un paro, y cuando lo prometían se suspendía con la lluvia. Entonces, ¿de qué década del 90 me hablás? Todos fuimos de la década del 90 en alguna medida, con distintas responsabilidades; lo que le imputo a él es que no se olvide de las suyas. Por algo Menem iba a ser tres veces presidente de la Nación y no nos olvidemos que el presidente actual ni siquiera le ganó, sacó menos votos, apenas 22%.
P.: Usted habló de Repsol, ¿está de acuerdo con la « argentinización que se anuncia?
J.P.M.: Primero, le voy a decir que celebramos en su momento un gran acuerdo con Repsol: le pudimos imponer que las pymes también participaran y que, sin cotizar o licitación, les dieran obras a sus propias compañías. De eso modo, logramos mejor trabajo y convenio para todos. Sobre la « argentinización», me preocupa de que aflojen los puestos de trabajo, porque si hay argentinos que se van a comprar 25% lo primero que van a pensar es en la forma de recuperar su inversión y, por lo tanto, para pagar la deuda quizá nos quieran echar gente. Hasta ahora, lo único que se logró con esta versión es que se suspenda una obra de 70 millones de dólares para quitarle el azufre a las naftas, con lo cual no hay expectativas de mejor y más tareas y proseguirá la contaminación.
P.: ¿Usted lo trata a Duhalde?
J.P.M.: No, lo vi una sola vez.

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