14 junio 2008

¡Represión popular!


Che, cuando lo del campo se empezaba a enfriar, y la gente a pensar que puede salir a tomar un helado el sábado y qué se yo, éstos miserables se inventaron toda esta pantomima.


20 productores de mierda, secretarios de Monsanto, los Grobo, Dreyfus, Bunge & Born, etcétera, etcétera, cortan una ruta, previo le dan una nota Perfil -linkeo mañana-, los canales van todos para allá, TN y Canal 13 mandan a su estrella Julio Bazán, y esperan a la Gendarmería, que si no hubiera ido, igual hubieran gritado ¡represión! ¡represión!


Bazán en un principio no quiso ir, no tanto porque fuera una opereta de mierda, sino porque no se le respetaba el sonido de los tiros de fondo, acordado en una cláusula de su contato.


El Grupo Clarín, para quien "La crisis causó dos nuevas muertes", esta vez sí pensó que cabía hablar de represión, cuando retiraron a los 19 empresarios de mierda.


Imágenes de la tarde mostraron a una nenita, ángel de Dios, que sostenía un cartel que decía "No queremos + Montoneros". Qué sabrá, me dijo la flaca, con ese gesto de juntarse las solapas, que hace cuando la desagrada. Qué lindo encontrarme con el padre, pensé.


¿Nadie le preguntó a De Ángeli alguna vez qué piensa de Teresa Rodríguez, o de Maxi o de Darío o de Fuentealba? ¿El cree que lo reprimieron? ¿Porqué aceptó decirlo, cuando se lo propusieron?
Lo recibieron como un ídolo, siempre enfocando de muy cerca cuando hay poca gente. Siempre gritando esas cuatro consignas pelotudas.

De inmediato, Francisco De Narváez salió a pedir que paren la represión que no estaba pasando, muy a disgusto mío.


La mierda de Carrió también salió decir que había sido una represión desmedida. Y es verdad. No la midieron, claro que no la midieron, la inventaron ustedes, la construyeron.


Y una minoría de pelotudos que ahora se suma entre los pensionados del campo que viven en la Capital, se hacen los argentinos, y son los que de administrativos bien pagos despotrican contra el país y compran marcas para saciar sus angustias de cornudas.


Se invetaron una represión y eso sólo apunta, para ellos, a debilitar "la imagen" del Gobierno, pero lo que hacen es apuntarle a las estructuras si eso no es de golpista, salame, De Angeli, no tenés cara, en lugar de arrglerte el comedor, deberías haberte arreglado la cabeza, gorila hijo de puta.


¿Y ahora Bonelli va a hablar toda la noche con ese tono monocorde?


"Que la sensatez se adueñe de los que la han perdido" , dijo Alberto Fernández. Quizás, influído por estos chacareros de mierda y los fachos de la ciudad, aprecié la clase magistral que dio el jefe de Gobierno -y esto va a quedar acá para cuando me avergüence-, que junto a Aníbal, cada día me caen mejor.


Nadie, ni el centro ni la izquierda ni Binner hicieron la distinción entre estos piquetes y los otros, nadie. Y gritan represión ahora, estos descerebrados, ¿Saben cómo son expulsados los pueblos en el interior por estos rapiñeros feroces, a palazos, o con veneno?


Cuando gritan represión, represión, me dan unas ganas...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No, Ulises, tenga cuidado. Represión no, nunca, ni para un lado ni para el otro. Mire, no soy pacifista, y esto me ha costado discusiones en otros lugares, pero cada día me convenzo más que ningún Estado tiene derecho a usar la fuerza, a menos que sea agredido. Y menos un Estado capitalista, hacedor de injusticias. Así que sigamos discutiendo hasta que se entienda que estos hijos de puta sólo defienden sus ganancias extraordinarias, nada más; por eso no hablan de Fuentealba o Teresa Rodríguez, no les da plata.

marisol de ambrosio dijo...

Los muchachos gorilistas
todos unidos triunfaremos,
y como siempre daremos
un grito de bolsillo
¡Viva el campo!, ¡Viva el campo!

Por esa gran Argentina
que nos supo regalar
las tierras más cultivables
otorgando capital.

¡Campo, campo, qué grande sos!
¡Tonelada, cuánto vales!
¡Campo, campo, gran gorilón,
sos el gran manipulador!

Por la gran soja rentable
que el mercado ha establecido
el gorilismo esta unido,
y grita de corazón
¡Viva el campo, viva el campo!

Por este gran gorilismo
que trabaja sin cesar
para que reine en el pueblo
el miedo dictatorial.

¡Campo, campo, qué grande sos!
¡Tonelada, cuánto vales!
¡Campo, campo, gran gorilón,
sos el gran manipulador!

Imitemos el ejemplo
del tilingaje argentino,
y siguiendo su camino
gritemos sin cerebro
¡Viva el campo, viva el campo!

Es esa Argentina garca
con la que Roca soñó,
el deseo capitalista
del campista gorilón.

¡Campo, campo, qué grande sos!
¡Tonelada, cuánto vales!
¡Campo, campo, gran gorilón,
sos el gran manipulador!

Jua jua jua!
Saludos, Ulises, y feliz domingo

Ulises Dumond dijo...

No, Peralta, disculpe mi corta capacidad expresiva, estaba caliente. Jamás se me pasó por la cabeza pensar, pedir, formular, proponer, evaluar, o lo que haya interpretado, intención alguna de que sean las llamadas fuerzas públicas las encargadas de la represión popular.
(Se lo explico así. Miraba TN y pensé cómo dobló el sentido de la frase represión popular el poder. Represión popular, según mi corta experiencia con el castellano ríoplatense, me significa más una turba de justicieros apaleando al dictador y sus soldados, que a que sea el pueblo el que es reprimido. Entonces pensé, una verdadera represión popular es si yo, en este momento, en lugar de masticar bronca, me tomo un micro a Gualeguaychú y me saco las ganas con estos tipos, si es mano a mano bien, pero son más de dos o aparece una filosa y hay que instalar una ferretería y eso vendría a ser una forma de represión popular, usted me dirá "rebelión", yo le digo que prefiero represión porque rebelión supone un estado de sumisión previo y yo prefiero más los sujetos activos en las contiendas de importancia.)
Entonces, Peralta, disculpe, lo que decía es sólo que me daban unas ganas tremendas de cagarme a trompadas con un chacarero de éstos, pero decirlo por blog es tan ridículo como después reconocerlo y reconocer también que si prescindiéramos de todos nuestros actos ridículos no existría ni blog ni vida posible. No sé a dónde fuí, pero no, no pedí ni pediré que los repriman las fuerzas públicas.