28 octubre 2008

Un poco de luz sobre la maldad


El tipo que desde el Estado hace un pacto con un sector minoritario, el que incluye terminar con las garantías tan mínimas e irrisorias de igualdad que este Estado le garantiza a sus ciudadanos, el que ya no se propone la inclusión –como si la ubicación natural estuviera fuera y no fuera que las leyes amparan a una mayoría de quienes hoy están desamparados-, o generar trabajo, planes de desarrollo, apuesta a la educación, sino que decide, ante el llamado de atención –algunos le llaman delito a la respuesta al acto inconstitucional de no garantizar las necesidades básicas de todos los niños-, entablar una guerra con las instituciones armadas estatales de su lado, a matar o encerrar… bueno, ese tipo es malo. Malo.



Claves con ética fernet
El tipo que mata a un ingeniero para que culpen a los negros de La Cava o de La Matanza, es MALO.
El tipo que lo justifica por el lado del negocio, o el dinero que lo sacaría de las deudas, o con argumento del tipo ‘igual otro los va a cagar peor’, etcétera, es MALO.
El tipo que manda a matar a un colectivero para instalar su negocio de máquinas de boletos, es MALO.
El tipo que manda a violar a una piba en el subte para instalar su negocio de cámaras de video, es MALO.
Si cobra al Estado por eso negocio y nunca lo instala, es igual de MALO.
Si el gerente del subte entra en la trenza es MALO.
El tipo que aprovecha el negocio y utiliza su multimedio o sus relaciones con uno de ellos y es cómplice de todos estos delitos por una módica suma o participación, es MALO.
El tipo al que no le importa el prójimo, que se fije, tampoco es genuino el amor que le tiene a sus hijos, y es MALO.
El tipo que econde su código ético, a sabiendas de que es malo, es MALO.
El tipo que obliga a un preso a ir a robar con violencia y saña a un lugar determinado, con o sin zona liberada, es MALO.

Por ejemplo,
Carlos Ruckauf es malo.
Daniel Scioli es malo.
Hilda Chiche Duhalde es mala.
Ricardo Casal es malo.
Mauricio Macri es malo.
Franco Macri es malo.
Juan Carlos Blumberg es malo.
Horacio Rodríguez Larreta es malo.
Carlos Roberto Dromi es malo.
Enrique coti Nosiglia es malo.
Manzano es Malo.
Huergo es Malo.
Ricardo Roa es Malo.
Daniel Hadad es Malo.
Sergio Szpolski es Malo.
Magnetto es malo.
Los Spadone son malos.

Y así.

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Dilaciones sobre la ética
(opcional)

Todo el mundo está constantemente pendiente de lo bueno y de lo malo. Por más que ya hace más de un año se terminó una nueva moda retro del uso del término maniqueo, la realidad siempre es bastante más diferente de su correlato.



Todo el mundo está pendiente de lo bueno y de lo malo, en el fondo, así lo vista de lo lindo y lo feo, de lo conveniente y de lo perjudicial, de lo mejor y de lo peor… Desde vírgenes santas e inmaculadas a asesinos despiadados de niños, todo el mundo tiene su argumento, una serie de códigos que rigen sus elecciones, sus acciones, su modo de desenvolverse, lo que se llama un código ético ¿no?


Para un estudio más detallado quedará el análisis de las diferencias morales entre el que loco del paco que lo deja evadir, que mata a un “pancho” del barrio para que le dé lo que tiene, y el que loco por la plusvalía que lo deja pagarse el wisky, el codificado y el taxi boy que lo evade, y que mata al cabeza de hambre o laburando o a los tiros.





Porque, ¿cómo podrían llevar adelante este sistema maniqueo de pensamiento si a nadie le importa la ética? De ahí esa frase de que todo es política. Todo es una decisión ética. Uno elige a quién perjudica y a quien favorece, constantemente, apoyado en un código ético, hasta sin darse cuenta. Pero también uno muchas veces elige hasta dónde darse cuenta y hasta dónde no. Y ese también es un recorte ético.


A algunos se los puede acusar de ignorantes o inconcientes, a otros no.
En este contexto, los medios y los dirigentes que se prestaron a apoyar a los pooles de siembra, y a la timba de los mercados de futuros, que se llevan las materias primas del campo como el petróleo de medioriente, son como jeques que acumulan y que saben que tienen que ocultar lo bien que les va ante las autoridades y los pobres en general, y ostentar ante los iguales. ¿Se puede decir que no manejan un códico ético en ese acto? Tanto sojeros, empresarios de los medios o grandes empresarios en general, ni hablemos de inversores extranjeros, que tienen la moral de cualquier turista millonario en Tahilandia.


Y en este contexto, ¿en qué lugar se colocan los que reclaman la baja en la edad de imputabilidad? ¿O los que reclaman la vuelta de las AFJP, como los que reclamaron la vuelta de los Carlos, Menem y Bilardo?

¿Es sólo el pacto tácito en el que se benefician por un lado los empresarios privatizadores y por el otro esa clase media con pretensiones de aria y europea, que, con este pacto tiene la doble garantía de que, en el mismo acto, los protegen del asedio de esos negros tan detestables y por el mismo objeto les garantizan los trabajos –los accesos a la redistribución que sea-.? ¿Es una pregunta larga? La mía también.

Quienes pretenden modificar la ley, algunos sabiendo que eso no es una solución, otros no teniendo tiempo para saber pero eligiendo confiar en Scioli antes que en Carmen Argibay, otros ignorando si eligen algo al quedarse al margen de la discusión, toman una decisión ética.


Entonces, es necesario empezar a traducir los mensajes, que están claritos, y que son los que muestra la televisión, pero no de manera lineal. Hay que leerlos en códigos éticos y acusarlos de buenos o malos según lo merezcan.

El tipo que desde el Estado hace un pacto con un sector minoritario, el que incluye terminar con las garantías tan mínimas e irrisorias de igualdad que este Estado le garantiza a sus ciudadanos, el que ya no se propone la inclusión –como si la ubicación natural estuviera fuera y no fuera que las leyes amparan a una mayoría de quienes hoy están desamparados-, o generar trabajo, planes de desarrollo, apuesta a la educación, sino que decide, ante el llamado de atención –algunos le llaman delito a la respuesta al acto inconstitucional de no garantizar las necesidades básicas de todos los niños-, entablar una guerra con las instituciones armadas estatales de su lado, a matar o encerrar… bueno, ese tipo es malo. Malo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acá el único malo es usted, Ulises, que me obligó a leer este choclo. La próxima vez, el choclo se lo meto por el upite. Entre los malos se olvidó de poner a Julito de Vido, Kirchner, Alberto Fernández, Ricardo Jaime, etcétera muchos.