15 junio 2010

Te digo cómo es Sudáfrica, yo que estuve ahí

Horacio Pagani es uno de los casos de periodistas a los que no conozco personalmente. Tengo referencias, claro. Pero, al no ser demasiado precisas, el panorama resulta bastante pobre como para criticarlo o interpretar sus dichos. Aunque, de todos modos, me gustaría intentarlo. Sobre todo porque lo que quiero analizar, al menos pobremente, son sus declaraciones al diario Perfil.com. Cuyo video he choripaneado en la inteligencia de que, en mi condición de pecador, bien me vendrían cien añitos de perdón más, para descontar.
En Fin. Balance rápido con lo poco que se.

Punto a favor (PAF). Se que coincido con su fanatismo por Román, pero no sé si ello también sucede con nuestros fundamentos. Durante un mes repetí, imitando la voz que puso, su grito de ¡¡¡poné a Riquelme!!!

Punto en contra (PEC). Vi en vivo cuando Alejandro Fabbri le gritó "payaso mediático" y también la discusión que prologó la frase célebre. Es decir, lo escuché mentir con aquello de que no había censura en Clarín.

PAF. Tiene una inconfundible voz de borracho.

PEC. Hace mucho que ocupa altos cargos en el grupo Clarín.

PAF. No lo escuché utilizar, al menos yo, los miserables discursos oficiales de las ocacionales operetas.

PEC. Trabaja tranquilamente con gente como Gorilón Recondo, Malcompañero Palacios o Samuel 'malbiche' Gellblung.

PAF. Son muy pocos los periodistas de esta Ciudad que no conozco, ya sea personalmente o por referencias y, si bien, no me llegaron buenas referencias de él, tampoco llegaron las malas.


En fin, a lo que voy con este punteo es a la dificultad para decidir si el hombre es una porquería o no. Para intentar entender mejor los dichos vertidos en este video y no otorgarle un sentido equivocado a su testimonio desde Sudáfrica.

Dice:
1. que la comida es muy buena, especialmente los mariscos.
2. que lo que más le extrañó es "la amabilidad" con que "la gente" disimula las obras que aún están sin terminar para el evento.
3. que lo que no le gusta es que "todavía se nota que hay una diferenciación racial", que considera "irremediable" porque "un grupo de blancos en un país absolutamente negro produce cierto escozor".
4. que no ha tenido "suerte" puesto que, respecto de las mujeres que hay en Sudáfrica -a quienes también llama la "gente"-, sus estimaciones afirman que hay "un 10 por ciento, o menos, de gente aceptable, aceptablemente linda o estética".
y
5. que sus presunciones para los días que le quedan a su estadía en Sudáfrica son que será algo "durísimo", porque siente que "hay una fuerte sensación de abstinencia".


Dejando a un lado los puntos 1 y 5, desconocer al sujeto, por un lado, me lleva a preguntar ¿por qué se extraña Pagani de la amabilidad con que pueden ser tomadas ciertas insuficiencias? Traicionado, quizás, por el mismo desconocimiento me siento tentado a pensar que ello se debe a su procedencia mediática y, dentro de ella, a su extracción clarinista. Prejuicios e ignorancia operan sobre mi respuesta, seguramente. Pero no me suena tan descabellado que, tantos años trabajando en un mismo lugar, a alguien se le peguen los vicios de la empresa. O que termine incorporando ciertas nociones ajenas a su realidad.

Teniendo en cuenta que en esa empresa, cosas como paciencia y crispación, amabilidad y antipatía, buen o mal trato, perjuicio y beneficio... son mercancía, el producto determinado por acuerdos o desacuerdos, extorsiones o promociones, presiones o intereses, pero que para nada se corresponde esa producción con los atributos o los defectos concretos de tal o cual cosa.

La segunda cosa es esa "diferenciación racial" que nota, no le gusta y no explica en qué circunstancias se nota. No obstante ello, el periodista deportivo llegó a la conclusión de que se trata de algo "irremediable". Pero, no por ese más de medio siglo de supremacía racial y política de una minoría (sólo el 13% de la población es blanca y un 75%, negra). Ni por el hecho de que hace apenas 16 años que los negros pueden votar, ni por los 31 años de prisión que sufrió Mandela, ni por las violaciones a los DDHH, ni por el orígen extranjero de los dominadores históricos y privilegiados presentes, y ni siquiera por el 20% de desempleo.

Para Pagani, independientemente del poco tiempo de integración democrática que lleva ese país, ya se puede diagnosticar la falta de remedio porque, como todos sabemos, "un grupo de blancos en un país absolutamente negro produce cierto escozor". Pero qué negros caprichosos, pienso.

Hasta que lo escucho hablar de las mujeres, esa cosa que sirve para cojer, y me da la impresión de que nuestro testigo en Sudáfrica, además de no ser un intelectual, tampoco es lo que se dice un guardián receloso de los DDHH, las igualdades comunitarias o la justicia social. Más bien pareciera que su modo de relacionarse con las personas, el lenguaje usado, incluso, tienen más vínculos con aspectos y atributos de esferas extranjeras a la de la humana. Al fundamento cuantitativo con que explica la diferenciación racial, agrega las científicas estadísticas que afirman que en Sudáfrica hay un 10 por ciento, "o menos, de gente aceptable" o "aceptablemente linda o estética".

No tenía motivos para prejuzgar, pero los prejuicios siempre se hacen un lugar en las mentes de temperamento vil, escaso talento y compromiso perezoso, como la mía. Por suerte, el primero que detecte alguna injusticia en este escrito, sabrá repararla súbitamente con su comentario.

Waka-Waka.





2 comentarios:

El Doc 9 dijo...

A este PAgani le ganó el personaje. Parece Caruso Lombardi. a Fernet, pasate por Doc, una dedicación para vos en un Apunte que no podía no tener cerca.

Arqueros Sin Manos dijo...

No parece que a este Pagani (el otro fabrica autos) le haya ganado el personaje. Más parece que tanta resonancia social y buena recepción que han obtenido sus maneras lo hayan ido llevando a mostrar abiertamente rasgos de su persona que antes pudorosamente disimulaba.