15 mayo 2007

Otra vez Clarín


En su editorial de hoy, el diario Clarín -como ayer Ambito y la semana pasada La Nación- publica una nota de opinión que titula: La vergüenza de los escraches. En ella afirma que Cualquier tipo de agresión alegada en motivaciones políticas —sea ésta cometida contra dirigentes, militantes, funcionarios o ex funcionarios— resulta una práctica repudiable y ajena a la democracia. No hay agresiones más o menos justificables: los ataques físicos y las intimidaciones pertenecen a los estilos intolerantes e ideologías autoritarias...


Ahí hay un problema, a qué llama Clarín intimidaciones, las intimidaciones en lo formal están mal, pero, más adelante, el editorial agrega: Además, las prácticas de violencia estigmatizadora, que buscan agredir y humillar a personas o grupos, son especialmente perturbadoras porque amparan modos de violencia descontrolados e irracionales. En las sociedades ordenadas a través de una Constitución hay derechos porque hay reglas, y esas reglas valen para expresarse con libertad y criticar, también para exigir justicia y respeto .


Agredir y humillar no es lo mismo. Y humillar a grupos, que yo sepa, en los escraches, según se indica en el título de tan sabio editorial, sólo se ha "humillado" a dictadores represores. ¿Qué me quiere decir Clarín?


Es preferible que no nos recuerden que hay derechos porque hay reglas, y esas reglas valen para expresarse con libertad y criticar porque, quizás, alguno empiece a reflexionar sobre cómo los medios, sobre todo los más grandes, rehúyen a su obligación ética y eso. Está bien que no le peguen a Alicia, pero no inteneten poner adentro de la bolsa los escraches a los represores, porque hay reglas que al no haberse cumplido antes y no siendo cumplidas ahora, merecen ser presas de la exigencia más radical de justicia y respeto.

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