Recuperemos a Guinzburg

Gastón Recondo hace un personaje retrógrado, de costumbres antiguas y verbalmente reaccionario. Nada demasiado elaborado, ni nada demasiado enriquecedor. Quizás él sea así también en su casa. Esto es lo más probable, porque si no el personaje estaría más pulido, no iría constantemente al arcón de los lugares comunes a buscar argumentos para su protesta. De esos que suponen que todo tiempo pasado fue mejor sin identificar la parte buena, la parte mala, ni la parte necesaria, ni la parte inevitable de la evolución de que se queja. Un zonzo. Un zonzo hablando de fútbol, también. Esos periodistas que piensan que teniendo la formación completa de un equipo, están hablando de fútbol o, peor, saben de fútbol.

Pero no es Recondo el tema. Jorge Guinzburg, lo es.

Quien haya tenido la suerte de ver La noticia rebelde alguna tarde de canal siete (ATC, en aquel momento) recordará qué-capo que era Guinzburg. Incluso quien haya tenido la suerte de descubrir el canal Encuentro, y, a la vez, también la suerte de ver una serie de documentales que Guinzburg conduce, también pensará bien del ex bigotón. (Los documentales son muy-buenos, el de feminismo no tiene desperdicio).

Ahora bien, yo no sé si Jorgito siempre fue medio gorilón y lo disimuló muy bien o el haberse afeitado el bigote le cortó la última conexión espiritual que este tenían con el grandísimo Carlitos Abrevaya. Porque, que sus opiniones coincidan con Beto Casella o con Ari Paluch, vaya y pase. Quizás sólo sea casualidad. Pero que se ensañe con los trabajadores del subte como un contador o una abogada, con argumentos más cercanos a Tiempo Nuevo que a La Noticia Rebelde, porque hacen un paro, a mi me da miedo.
Yo quiero proponer desde acá iniciar la campaña Que Guinzburg Vuelva a tener Bigote (GVB), o que se separe de Recondo. Abrevaya y Castello se murieron. De Repetto no hace falta decir nada, pero Guinzburg... no perdamos al petiso, sumate a la campaña.

Guinzburg. El de siempre, el que no queremos y el que sí.