23 octubre 2007

Tengo qué, ¡ten!-¡go!-¡que!-¡pa!-raaar

Recién, Boy Olmi, acaba de proponer una película de esas que se hacen a partir de videojuegos, pero dirigida por Leonardo Favio.

Sí, ya sé. No puedo dejar de mirar ese programa. No sé qué hacer. Pero, basta, ya lo voy a solucionar.
Yo con sólo diez días de internación superé lo de Afectos Especiales.

Lo único que no me gusta de ese programa -en qué cámara estoy, qué palabras conviene a los buscadores-, digo, lo único que no me gusta de Dejámelo Pensar, que no es que no me guste, es que me pone nervioso, me hace sentir enojado, tengo ganas de gritarle, eso, tengo ganas de gritarle a Sandra Russo. Debe ser ese gesto de superación que pone. Hasta cuando pregunta parece que está mucho más allá de todo, no sé, se ríe de costado, qué rabia, ¡se ríe de costado! se las sabe todas, me dan ganas de gritarle, ¡pero entonces decime cómo es, pedazo de... todas maneras, no lo puedo dejar de mirar.

Y me pareció muy buena la idea de Boy. Como un Tomb Ridder dirigido por Favio.

Hablaban de la importancia del juego y estuvo muy bien hecho. En serio, es bueno, es bueno, es pura. Quiero decir, vah...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la misma Sandra Russo que escribe en contratapa de P/12? decime que no por todos los santos!

Clandestina dijo...

qué Toni, ¿creés en los santos??!! y, encima, en todossssss???!!

Ulises, gracias x la recomendación. Ese horario suele ser fatal para mi, pero entre el tele de fondo clavado en el clausuracerebros TN y esta posibilidad, quizás pueda "pescar" algo interesante...

Qué pena q me perdí el juego. Creo q es vital en muchos sentidos. Puente para encontrarse con el mundo, alternativa para enfrentar problemas, solucionarlos, darles su verdadera dimensión o mandarlos al infierno.

En el juego todo es posible, sobre todo el ensayo / error, explorar, probar, equivocarse, volver a empezar, ponerse en el lugar del otro.. y fundamental: sin dejar de permitirse morir de gusto cada vez.

Ojalá hacerlo fuera tan simple como desearlo... claro q lo es tanto como hasta donde uno se permite ir, hasta donde uno puede ser capaz de desafiarse y correr el límite...

Ulises Dumond dijo...

Tu de ínfinit, Clandestina, tu de ínfinit.
Es preciso ser talibanes del juego, militancia lúdica.

Clandestina dijo...

Esaaa, Ulises!!!! Guerreros del juego.

Inventarlos hasta cuando tropecemos con los recovecos menos pensados y dejar q nos inunden cataratas de incertidumbres, de adivinanzas...

Me voy a trepar y a explorar la higuera, a ver si encuentro brevas a delicioso punto de pegoteo.

Saludos!