11 abril 2008

La batalla, por el re lato




Ricardo Roa coloca su foto en la página 2 de Clarín y, sobre ella, a modo de presentación impacta con el título de "El mensajero del poder". En realidad, este defensor de las garantías constitucionales de los lupanares no registrados (ver Del editor al lector de ayer), hoy vuelve a a escribir, y con el título alude a D'Elía en realidad.




Bueno, con la parte del mensajero, con la parte del "poder" identifica al Gobierno.




La golpiza mediática que sufrió Clarín, restado al cúmulo de adláteres, chupamedias y lame bolas de siempre, que no son del Grupo, pero le llaman así, le deja heridas en la batalla por el relato. Bonelli tuvo que ir a otro programa para decir con alguien en frente que no lo haga titubear lo que D'Elía no lo dejó decir en su programa. Seguramente se siente mal porque un piquetero que no se peina con gomina, lo zarandeó. Entonces se cagó en eso que dijo acerca de que él no era como "otros periodistas que cuando el invitado se va, lo defenestran". No, es peor, va de invitado a otros programas, para hablar de sus invitados que tuvo el suyo. Alegrate, Marcelo, eso pasa sólo con Bailando... , como le dicen ahora, y con Gran Hermano.




El diario entrevistó a doce voces morales más que autorizadas (Armando Cavalieri, Gerardo Morales, Aníbal Ibarra, Roberto Lavagna, Oscar Lezcano, Mauricio Macri, Daniel Katz, Elisa Carrió, Jaime Campos, Margarita Stolbizer, Ricardo Gil Lavedra y Héctor Polino) para criticar las "acusaciones de D' Elía contra Clarín". Las leí todas y cada una, ninguna critica las acusaciones de DÉlía contra Clarín, todas critican la actitud de D' Elía. Incluso algunos comparten algunas de las acusaciones contra el Grupo, al parecer, y me quedo con las últimas seis líneas de la nota, el cual es el lugar que este diario le otorga a Héctor Polino: "Estas actitudes no ayudan a consolidar el diálogo democrático. Es necesario impulsar consenso y debate. Creo, también, que es muy importante democratizar la información, por lo que es indispensable que se derogue la ley de radiodifusión, que garantice pluralismo de opiniones". jejejejejejej.




Julio Blank critica el Observatorio de Medios con un cagazo padre, habla de "torpe afán" del Gobierno de controlar "no ya la realidad, sino la difusión de esa realidad", como si la realidad fuera eso que pasa por Clarín o TN. Blank miente asegurando creer que "es razonable y necesario que la opinión pública se interrogue acerca de la calidad del servicio que el periodismo le ofrece". Como Bonelli, Blank se refiere muy livianito de cuerpo al control que la gente hace de los medios cuando "los elige o los descarta". Bonelli también había dicho algo parecido. No les creo que sean tan pelotudos de decirlo porque lo piensan.




La ética periodística de Blank puede equipararse a la de un gerente, su concepción es que "presta un servicio". El argumento de Bonelli es el argumento del libre mercado, de echarle la culpa al más allá, a Dios o al terrorismo. La misma consistencia. D' Elía podría haber dicho "me están planteando una libertad de mercado falsa porque en el mercado no hay libertad". Y hubiese tenido razón. Los empleos no son mercancías, porque la falta de ellos pone inseguro al país. no les da la seguridad de alimentarse a las personas, ni de hacerlo con sus hijos y termina haciendo un mal ejemplo que el hijo va a recordar no la primera vez, ni la segunda, sino cuando ya sea crónica su relación con el hampa, policías, jueces, etcéteras. La política comercial agresiva que lanzó Clarín y que le dio tantos frutos, incluyó una cuidada imagen. Desde despidos indiscriminados y su adquisición luego de que los disturbios estuvieran a una distancia que no pudieran alcanzarlos, hasta la dictatorial determinación de los precios para el acceso a productos como la televisón, el cable, la Internet, su intervención en los pooles de siembra y en el negocio del biodiésel. A lo que voy es que ninguno que trabaje en la empresa desconoce lo que es Clarín y sabe, además, que el verso que la cantidad de lectores se debe directamente a la calidad de la oferta. Los mercados se invaden pactando leyes a favor con unos u otros -con Duhalde o con Kirchner, da lo mismo- y cuando gozan de robustusidad caen sobre algún pequeño que asome con algún éxito.




Clarín, el año pasado, estuvo bajo el nivel de los 400.000 diarios por día, según el IVC. Es mucho. La gente lee Clarín porque es de lo que se habla. Y se habla de ello, porque Clarín está en todos lados. La oferta es escaza, ¿me van a decir que la competencia es Terra? ¿su socio La Nación? La genete lee Clarín porque es un espacio que siente de pertenencia, porque si el diario/televisión vino a reemplazar a la biblia en la modernidad, no es inocente copar todas las sacrosantas editoriales.




De todo esto se saca, solamente, que Clarín nunca distribuyó la renta y está en contra de ello. Que nunca hubo democracia de prensa en el país y que la base de su apoyo es la gente que, como yo ahora está conectada y ya leyó el diario por Internet o en papel y lo comenta en el ámbito de trabajo, porque no sabe de qué hablar. Pero, si esa es la base le tiene que molestar D' Elía, porque los piqueteros no pueden comprar el diario y no tienen mucha Internet. Y eso es un modo de selección e inclusión. El que tiene plata. De entre ellos, el que nos elige. El que nos elige es porque lo salimos a buscar. Lo salimos a buscar porque nos conviene, ellos nos ban a bancar. ¿Cuándo la clase media no se babeó por un par de medias finas?




No Clarín, no hay libertad de prensa en la Argentina y ustedes "son una pistola en la cabeza de la democracia". Vos ya lo sabés, pero esa gente que te lee embelezado y muchos de los pavos que en el gupo trabajan dicen lo contrario, porque si no los hubieras confundido durante todo el tiempo, se darían cuenta de que "la gente" no es una sola y que "la crisis" no puede matar a dos personas con balas policiales.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Clarín es el cáncer del periodismo argentino, es la peor mugre que existe sobre la Argentina. Haga como yo, Ulises, no se informe por Clarín, y va a comprobar que se vive informado igual. Denserio. Total, lo que usted no lee por Clarín y puede ser relevante, seguro lo va a leer en alguno de sus medios satélite, que le forrean. O sea, la mayoría.